La entrega del Balón de Oro 2024 ha traído consigo un debate que divide al mundo del fútbol. Rodri Hernández, centrocampista del Manchester City y de la Selección Española, se alzó con el galardón en un año marcado por el éxito de su equipo y de su país. Sin embargo, su victoria ha generado opiniones encontradas, sobre todo entre los aficionados del Real Madrid, que consideraron a Vinicius Junior como el más merecedor del galardón. Más allá de la polarización, este Balón de Oro para Rodri es una oportunidad para reflexionar sobre el valor del equilibrio y el papel de un tipo de jugador que a veces pasa desapercibido en una era en la que el foco suele estar puesto en la técnica y el físico.
Rodri: un reconocimiento al equilibrio y a la inteligencia táctica
Rodri Hernández representa el perfil de jugador completo que todo equipo necesita. No es solo su capacidad para recuperar el balón, sino su capacidad para distribuirlo con precisión, gestionar los tiempos del juego y, sobre todo, mantener el equilibrio sobre el terreno de juego. En un año en el que ganó la Premier League con el Manchester City y la Eurocopa con España, Rodri ha sido un “director de orquesta” dentro de su equipo, permitiendo que tanto delanteros como defensas brillaran en sus roles específicos. Este Balón de Oro para un centrocampista defensivo no es solo un premio a su rendimiento individual, sino también un reconocimiento a un fútbol que combina técnica, estrategia y visión global.
El propio César Luis Menotti dijo una vez: “Quien solo sabe fútbol, ni siquiera sabe fútbol”, y Rodri es el ejemplo perfecto de esta visión. En su estilo de juego, Rodri demuestra que el fútbol va más allá de la velocidad o el despliegue físico; es un deporte donde la inteligencia táctica y la capacidad de lectura del juego son igualmente cruciales. Su victoria es, en este sentido, un reconocimiento al equilibrio en el fútbol, a la capacidad de combinar el excelente rendimiento individual con la comprensión del juego colectivo.
La importancia del compromiso colectivo: un valor olvidado por muchos
En tiempos en los que se valoran tanto habilidades visibles como el regate o la velocidad, Rodri representa un perfil menos mediático, pero imprescindible para la estabilidad de un equipo. Mientras Vinicius deslumbra por su habilidad y talento en el uno contra uno, Rodri destaca por entender cuándo y cómo intervenir, adaptando su juego en función de lo que el equipo necesita en cada momento. Es el tipo de jugador que da apoyo y crea sinergias, entendiendo que el fútbol es una disciplina colectiva, no una exhibición de habilidades individuales.
La victoria de Rodri nos recuerda también la importancia del compromiso y el autocontrol dentro de un equipo. En este sentido, el Principio de Inclusión Específica del Método Pons destaca la necesidad de entrenar a cada jugador en función de sus fortalezas y debilidades, sin centrarse únicamente en el rendimiento técnico. Aunque la técnica y el físico son importantes, la verdadera calidad de un jugador se mide por su capacidad de integrarse en el juego del equipo y cómo controla sus impulsos y ego en favor del colectivo.
Equilibrio y no polarización:
Una lección del Balón de Oro 2024
La polarización de opiniones sobre el Balón de Oro 2024 refleja una tendencia a valorar solo los aspectos más visibles del juego, como la técnica y el físico, en lugar de considerar la contribución total del jugador al equipo. El propio Vinicius, con sus habilidades y brillantez, aporta mucho al Real Madrid, pero el fútbol también se trata de sinergias. ¿Cuál es el impacto de sus deficiencias en defensa o en la creación de juego colectivo, o en la forma en que juega, porque tengo que recordar que perdiendo 0-2 contra el Barcelona hace movimientos que dañan psicológicamente a su equipo y benefician moralmente al rival? Esta reflexión no pretende devaluar a Vinicius, sino subrayar que, para los entrenadores, la verdadera riqueza de un jugador no está solo en lo que hace con el balón, sino en su capacidad de integrarse en el sistema.
Como entrenadores y profesionales, sabemos que el verdadero valor de un jugador como Rodri es su capacidad para equilibrar el juego, unir las líneas, organizar al equipo en defensa y ataque, y ser un modelo de compromiso y madurez. Y es precisamente este equilibrio el que debemos valorar, tanto en el fútbol como en la vida, en lugar de caer en una visión polarizada que solo resalta lo visible.
El Balón de Oro como reflejo del fútbol equilibrado
En conclusión, el Balón de Oro 2024 para Rodri no es solo un premio a un jugador; es una celebración de ese tipo de fútbol que sabe combinar la habilidad con la inteligencia táctica y el trabajo en equipo. Es una victoria que recuerda a los aficionados, y especialmente a los jóvenes, que el éxito en el fútbol va más allá de los destellos técnicos y se logra también gracias a la consistencia, la disciplina y el compromiso colectivo. Este Balón de Oro es un reconocimiento al equilibrio, a la importancia de trabajar en equipo y a la capacidad de mantener la humildad y el control.
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